Diferencias de Género en las Intenciones Emprendedoras: Hallazgos del Reporte GUESSS Ecuador

La relación entre el género y el emprendimiento es un área de investigación ampliamente estudiada a nivel global. Diversos estudios han revelado hallazgos consistentes que reflejan la existencia de una brecha de género en las intenciones y actividades emprendedoras en distintos contextos[1].

En el contexto ecuatoriano, los resultados de la encuesta GUESSS (Global University Entrepreneurial Spirit Students' Survey) aplicada en universidades participantes brindan una perspectiva específica sobre esta relación[1]. Los datos recopilados en el Reporte GUESSS Ecuador 2023-2024 revelan una característica destacada: **un mayor porcentaje de mujeres aspira a convertirse en emprendedoras** en comparación con los hombres[1, 2]. Esta aspiración se manifiesta tanto inmediatamente después de finalizar sus estudios universitarios como cinco años después de su graduación[1, 2]. Además de la intención, también se evidencia una mayor participación femenina en la actividad emprendedora, reflejada en las categorías de emprendedoras nacientes (quienes están en proceso de crear un negocio) y activas (quienes ya gestionan un negocio)[1, 2].

Este fenómeno es significativo, ya que sugiere que las mujeres en Ecuador están desempeñando un papel crucial en la creación de nuevas empresas y, por extensión, en la evolución del ecosistema emprendedor del país[1, 3]. Su alta intención y participación representan un potencial importante para el desarrollo económico y social[3].

Sin embargo, para aprovechar al máximo este potencial, es fundamental fortalecer las iniciativas de apoyo al emprendimiento femenino[1]. Las fuentes subrayan la necesidad de implementar políticas públicas y programas institucionales diseñados específicamente para las mujeres emprendedoras[1]. Estas iniciativas deberían enfocarse en facilitar el **acceso a financiamiento**[1, 4], el desarrollo de **programas de mentoría y capacitación especializada** en áreas como liderazgo y estrategia comercial[1], y la **creación de redes de apoyo y espacios colaborativos** que permitan a las emprendedoras compartir experiencias y generar sinergias[1]. El fortalecimiento de estas estrategias es clave para ayudar a las mujeres a superar las barreras existentes y consolidar negocios exitosos, impulsando así la diversificación económica del país[1].

Es importante considerar que, en el contexto más amplio de América Latina, el emprendimiento femenino a menudo surge por necesidad, impulsado por la exclusión del mercado laboral formal[4, 5]. Aunque este tipo de emprendimiento es vital para la subsistencia familiar, puede estar asociado con bajos niveles de innovación y crecimiento[4]. Las barreras estructurales y culturales también limitan el potencial de expansión de estos negocios liderados por mujeres[4].

En conclusión, mientras que el reporte GUESSS Ecuador destaca la alta intención emprendedora entre las estudiantes universitarias ecuatorianas[1, 6], el desafío radica en transformar esa intención en negocios sostenibles e innovadores[4]. Para ello, es indispensable que las universidades y otros actores del ecosistema emprendedor implementen estrategias de apoyo específicas y robustas dirigidas a las mujeres[1, 6, 7], que aborden tanto la facilitación de recursos como la superación de barreras contextuales[1, 4].